lunes, 21 de abril de 2014

Francisco Ferrer i Guardia. La escuela moderna.


Francesc Ferrer i Guàrdia nación en Alella, Maresme, el 10 de enero de 1859 y murió fusilado en los fosos del Castillo de Montjuit en Barcelona, el 13 de octubre 1909.

De familia católica y monárquica de payeses acomodados, fue el tercero de catorce hermanos. A los 13 años tuvo su primera disputa con la iglesia, tras denunciar al sacerdote de su pueblo de intromisión familiar, por lo que fue enviado por su familia a trabajar a Barcelona, donde entró como aprendiz en un comercio de harinas en el distrito de Sant Martí de Provençals, cuyo dueño le inscribió en clases nocturnas y le inició en los ideales republicanos. Durante la I República, el joven Ferrer participó con entusiasmo en experiencias de educación popular. Durante los años siguientes el joven autodidacta estudió a fondo el ideario de Pi y Margall y conoció las doctrinas de los internacionalistas en lops círculos obreros más anticlericales. Sus ideas librepensadoras le llevaron pronto al anarquismo, tendencia en la que desarrolló una gran actividad como agitador y revolucionario.

Fundación de la Escuela Moderna

En agosto de 1901, tras recibir una cuantiosa herencia que le dejó al morir Ernestine Mennier -una rica anciana parisiense a la que había dado clases de español desde 1894-, regresó a Barcelona, en donde se instaló y creó la Escuela Moderna, un proyecto práctico de pedagogía libertaria.
Se trataba de una escuela, de ideario racionalista, igualitaria, laica y considerada por su fundador, como natural. El proyecto, que comenzó con 30 alumnos, tenía para 1906 más de 30 escuelas relacionadas con el movimiento.

En contraposición a ella, se impulsó una pedagogía racional, con un alumnado mixto, y en la que se abolieron prácticas retrógradas, como el sistema tradicional de castigos.

El crecimiento de la Escuela Moderna se situó en el punto de mira de los elementos conservadores, lo que le acarreó la enemistad de la Iglesia Católica y de muchos estamentos oficiales que veían en las escuelas laicas una amenaza a sus intereses, pues subvertía las ideas educativas de la época.




La escuela moderna de Ferrer i Guardia.

miércoles, 16 de abril de 2014

John Dewey: mi credo pedagógico.

Artículos de Mi credo pedagógico.

Artículo 1. Lo que es la educación.

El proceso de educación comienza desde el nacimiento y que está continuamente formando las capacidades del individuo. Este proceso educativo tiene dos aspectos: Uno psicológico y otro social. El individuo debe ser educado comenzando con un conocimiento psicológico de las capacidades, intereses del niño y que deben ser controlados, y que la sociedad es una unión de estos individuos.


Artículo 2. Lo que es la escuela.

La escuela debe representar la vida real que el niño vive en su hogar. Además debe simplificar la vida social existente, puesto que Dewey piensa que la vida actual es demasiado compleja para que sea puesto en contacto con ella el niño.
El maestro a su vez, es un miembro de la comunidad para seleccionar las influencias que han de afectar al niño y para ayudar a responder adecuadamente a esas influencias.


Artículo 3. Las materias de enseñanza

La educación debe orientarse a la vida social y eso se debe perseguir en sus asignaturas. Una de las grandes dificultades es que las ciencias se presentan como una materia de forma objetiva. Esta educación no debe ser solo leer y escribir, sino que este proceso debe estar en el desarrollo de nuevas actitudes y nuevos intereses respecto a la experiencia.


Artículo 4. La naturaleza del método

Cree en el estado de conciencia del niño como un ser activo e impulsivo, que los estados conscientes tienden a proyectarse en acciones. La imagen es un gran instrumento de enseñanza, puesto que es lo que adquiere el niño de cualquier materia que se le presente, es decir, lo que forma respecto de ellas. Para que el niño aprenda correctamente, el adulto debe controlar y observar dichos intereses, puesto que son signos y síntomas de la capacidad del niño en crecimiento.

Artículo 5. La escuela y el progreso social
La idea de la escuela como cambio y progreso social. Para cambiar la sociedad, se debe realizar mediante el cambio de la mentalidad individual, por l oque la educación tiene un papel muy importante. La sociedad necesita a la educación para que pueda proporcionarle el camino a seguir.

martes, 15 de abril de 2014

John Dewey.

John Dewey (1) fue el filósofo norteamericano más importante de la primera mitad del siglo XX. Su
carrera abarcó la vida de tres generaciones y su voz pudo oirse en medio de las controversias
culturales de los Estados Unidos (y del extranjero) desde el decenio de 1890 hasta su muerte en
1952, cuando tenía casi 92 años. 
A lo largo de su extensa carrera, Dewey desarrolló una filosofía que abogaba por la unidad entre la teoría y la práctica, unidad que ejemplificaba en su propio quehacer de intelectual y militante político. 
Su pensamiento se basaba en la convicción moral de que “democracia es libertad”, por lo que dedicó toda su vida a elaborar una argumentación filosófica para fundamentar esta convicción y a militar para llevarla a la práctica. 
El compromiso de Dewey con la democracia y con la integración de teoría y práctica fue sobre todo evidente en su carrera de reformador de la educación.


Dewey considera que los conceptos en los que se formularon las creencias son construcciones humanas provisionales. Critica el enfoque clásico sobre el conocimiento.

El concepto principal relacionado con la teoría del conocimiento es "experiencia".


Dewey rechaza un conjunto de doctrinas pedagógicas de variado signo:

  • La educación como preparación.
  • La educación como desenvolvimiento.
  • La educación como adiestramiento de la facultad.
  • La educación como formación.
La escuela, para Dewey, se concibe como reconstrucción del orden social, el educador es un guía y orientador de los alumnos.

La propuesta metodológica de Dewey consta de 5 fases:

  • Consideración de alguna experiencia actual y real del niño.
  • Identificación de algún problema o dificultad suscitados a partir de esa experiencia.
  • Inspección de datos disponibles, así como búsqueda de soluciones viables.
  • Formulación de la hipótesis de solución.
  • Comprobación de la hipótesis por la acción.

(1) Enlace para descripción completa de la biografía y obra de Dewey.

miércoles, 9 de abril de 2014

Jovellanos y la educación.


M. Gaspar de Jovellanos (1744–1811)

Según Jovellanos la educación es el resultado de una buena instrucción; educar al hombre no es más que ilustrar su razón con los conocimientos que pueden perfeccionar su ser.

La instrucción del hombre debe estar en orden a sí mismo, a la comunidad y a la naturaleza.
  • A sí mismo: perfección y felicidad individuales.
  • A la comunidad: progreso y prosperidad del Estado.
  • A la naturaleza: conocimiento y aprovechamiento de los recursos que ella brinda.

A Jovellanos le preocupan los temas de la instrucción pública y de reforma universitaria. Su interés por la instrucción elemental se manifiesta en su obra "Bases para la formación de un plan general de instrucción pública".

Estas son sus preocupaciones esenciales:

- Enseñanza en lengua castellana, por lo que es necesario ayudar con buenas traducciones de obras extranjeras.

- Defiende que el examen público se ha de exigir a todo alumno para que pase de un nivel a otro superior.

- Se interesa por los espectáculos públicos, ya que puede influir favorablemente en la educación de la juventud.

- La educación de las niñas ha de tener como objetivo principal convertirlas en buenas madres de familia. En el caso de aquellas que pertenecen a familias pudientes su educación podrá hacerse de forma más completa y esmerada en colegios costeados por sus padres.

Jovellanos es partidario de establecer un pacto con la Iglesia y la nobleza. Propone que exista una red pública de la enseñanza con una privada, formada esta por Institutos entre los que estarían los seminarios, donde se formaría en los principios de la enseñanza literaria, moral y civil a huérfanos e hijos de viudas o de padres demasiado ocupados para formar a sus hijos.

«Lo que importa es perfeccionar la educación y mejorar la instrucción pública: con ella no habrá preocupación que no caiga, error que no desaparezca, mejora que no se facilite. En conclusión: una nación nada necesita, sino el derecho de juntarse y hablar. Si es instruida, su libertad puede ganar siempre; perder, nunca» Jovellanos.